Julio 16 2007
Las Alforjas de JJ Imaz
Si un Hoteldipity fuera un lugar lejano a Euskal Herria, allí mandaría sin dudarlo ni un solo segundo a Josu Jon Imaz.
Sus declaraciones se califican por si mismas, por lo que tampoco voy a profundizar excesivamente en lo que ha dicho sino en las consecuencias que pueden tener ( o debieran).
Que el presidente de uno de los partidos que sustenta el tripartito pretenda cargarse de un plumazo el eje sobre el que pivota el propio tripartito es algo sumamente grave. La primera consecuencia directa seria una comparecencia del Lehendakari, en esta ocasión por la transcendencia de las palabras no vale que se esconda detrás de la portavoz del Gobierno Vasco. Creo que todos los vascos indistintamente de nuestra ideología, merecemos saber si Ibarretxe comparte esas palabras.
Yo confió en que disienta, y para eso me baso en las declaraciones que ha hecho últimamente, totalmente contrapuestas a las de Imaz. Como le decía a Rafa Larreina, que por cierto ha dado plenamente en el clavo en sus declaraciones en respuesta a JJ, Ibarretxe tiene que ser valiente pese a que le están poniendo entre la espada y la pared desde su propio partido. Claro que en este tipo de chantajes tienen una larga experiencia.
Algunos empezamos a sentir un pequeño “Deja vu” que nos lleva poco mas de 20 años atrás al ver como desde el PNV tratan de obligar a un Lehendakari a comulgar con ruedas de molino.
Es este el momento en el que Imaz se quita la careta y podemos observar que no es mas que una copia barata de Ramón Jáuregui, un autonomista, pero en este caso de derechas. Nunca quiso que se aprobara la propuesta de reforma del estatuto en el Parlamento Vasco, se lo pudimos ver en su cara el día de la votación.
En cualquier caso pueden suceder dos cosas, que debieran de tener sus consecuencias; puede ocurrir que Ibarretxe no apruebe las ordenes de Imaz y continúe hacia adelante con los compromisos adquiridos lo cual tendría graves consecuencias dentro del PNV que ya se encuentra bastante tocado internamente; o puede suceder que por distintos motivos Ibarretxe asuma las palabras de Imaz, en este caso la consecuencia de no cumplir el principal acuerdo que sustenta el gobierno seria la ruptura del mismo y dar por agotada la legislatura. Si no se cumple el acuerdo de gobierno, no hay acuerdo, y si no hay acuerdo no hay gobierno.
¿Para esto llevamos tanto tiempo? Para que a la hora de los verdaderos compromisos digamos que la soberanía vasca pasa por un beneplácito que nunca nos darán las Cortes Generales españolas? Señor Imaz para este viaje no nos hacían falta alforjas … y muchos menos ir con su partido en coalición.
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