Febrero 18 2010
Conclusiones de la Izquierda Abertzale
Las conclusiones del debate interno de la Izquierda Abertzale se esperaban para el sábado pasado, sin embargo estas no se hicieron publicas hasta este lunes. La fecha escogida también tiene su simbolismo, un 15 de Febrero de 1990 el Parlamento Vasco aprobaba con los votos a favor del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Eusko Alkartasuna (EA) y Euskadiko Ezkerra (EE) el derecho de Autodeterminación de Euskal Herria.
Tengo que decir que el documento con las conclusiones no me ha sorprendido del todo, al fin y al cabo es en gran parte una continuación de la Declaración de Altsasua. No obstante, este documento tiene su importancia y especialmente la aplicación que de ahora en adelante la Izquierda Abertzale haga del mismo.
La alusión a los principios Mitchell supone un paso de gigante con el cual se abre una nueva etapa, un nuevo ciclo político en el que ya nada va a volver a ser igual. Comentaba hace unos días con un amigo que “lo que se esta gestando es muy grande“, no solo estamos hablando de independencia y de avanzar en el camino del soberanismo (aspiración lógica y legitima de cualquiera que se considere independentista) sino que además se esta abordando la otra arista del conflicto político, la violencia.
Voces interesadas en que este proceso no fructifique no han perdido el tiempo en señalar la ausencia de referencias a ETA en el documento Zutik Euskal Herria. Estas voces tratan exclusivamente de generar ruido para que no se pueda escuchar lo que realmente se esta discutiendo y poniendo sobre la mesa. Cometen una gran irresponsabilidad al minusvalorar el contenido y el valor de las conclusiones presentadas por la Izquierda Abertzale, pero mayor gravedad tiene que como si de repartidores de pedigrí democrático se tratasen supediten su “visto bueno” a una condena a ETA en su integra literalidad.
No hay que perderse en los tortuosos caminos de la semántica tratando de interpretar lo que no esta escrito. En este caso lo trascendental es si este documento allana el camino hacia un escenario de no-violencia en el que todos los proyectos políticos, incluida la independencia, son defendibles y materializables en igualdad de condiciones y desde el respeto a la voluntad de la ciudadanía de Euskal Herria.
El debate sobre el fin de la violencia ya se ha dado y todos los agentes políticos están de acuerdo en que no hay lugar para las vías armadas. De ahora en adelante lo deseable sería que ETA acatase la apuesta firme por las vías exclusivamente políticas expresada por la Izquierda Abertzale y se limitará a ser un mero espectador e iniciase un proceso de desarme, dejando de este modo en exclusiva la representatividad y la iniciativa política en la propia Izquierda Abertzale.
No obstante, la actitud que ETA pueda tomar en los próximos días, semanas, meses, etc. resulta bastante impredecible y a la vez difícil, por no decir imposible, de controlar por lo que en el caso de que ETA volviese a actuar habría que prestar especial atención a la respuesta por parte de la Izquierda Abertzale. No se me pasa por la cabeza que vayan a condenar cualquier atentado, asesinato, etc. que pudiese cometer ETA, simplemente por el contenido que la propia palabra condena ha adquirido. Llegado el caso veo bastante posible que se recurra a sinónimos que puedan expresar de alguna manera rechazo a la utilización de la fuerza como medio para realizar política y a la vez reafirmen su apuesta inequívoca por las vías exclusivamente civiles y políticas.
Seguramente aun así habrá formaciones que lo consideren insuficiente y este no será más que un síntoma de su debilidad política. Tienen miedo y es lógico, una vez superado el escollo que supone la violencia para la colaboración activa entre organizaciones soberanistas, el único debate que habrá sobre la mesa será el relativo al reconocimiento de Euskal Herria como sujeto político.
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