Ashet - Asier Gomez Barrenetxea 

Todos nos vemos constantemente en la obligación de tomar algunas decisiones que de una u otra manera implican determinación absoluta en nuestras posiciones. El tiempo pasa y en la política vasca continua existiendo una formación política que no se atreve a romper con la ambigüedad, los rodeos, e incluso con declaraciones completamente contradictorias entre sus máximos dirigentes.

Es evidentemente que me refiero al PNV, máximo exponente de la teoría del péndulo político, que en la búsqueda de votos no duda en oscilar desde el autonomismo colaboracionista con el partido gobernante en Madrid hasta las mismas puertas de la vía soberanista. Hay que reconocer que hasta ahora esta estrategia les ha salido bastante bien pero la clarificación del espacio político independentista de izquierdas puede hacer cambiar mucho las cosas.

Todo esto viene a colación de lo sucedido estos últimos días en Nafarroa tras la propuesta realizada desde la Izquierda Abertzale a Eusko Alkartasuna y Aralar para colaborar electoralmente en las próximas elecciones, y es que pese a no tener intención de abordar por ahora la propuesta en si me parece que la respuesta del PNV es digna de comentar.

Las declaraciones realizadas ayer por Urkullu pusieron de manifiesto todos y cada uno de los complejos que el PNV tiene en Navarra. Empezando por el complejo de inferioridad y acabando en el verdadero terror que les produce la mera posibilidad de que puedan darse otro tipo de alianzas políticas sin su participación.

Es en este contexto en el que se circunscribe el comentario lanzado contra Eusko Alkartasuna exigiéndonos, no se sabe en base a que autoridad, que fijemos y dilucidemos nuestra apuesta por Nafarroa Bai para finalizar amenazando con la salida del PNV de NABAI en caso de que la Izquierda Abertzale también participase.

Mire usted, para hacer semejante amenazada mejor no decir nada que como ya indica el sabio refranero es mejor permanecer callado y parecer tonto que abrir la boca y confirmarlo porque ya me diréis vosotros si el PNV no tiene mucho que callar en esta materia. Yo por mi parte le devuelvo a Urkullu la petición y le sugiero que fije y dilucide su postura entre soberanismo o autonomismo, ya es hora de elegir entre Euskal Herria o España.

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