Ashet - Asier Gomez Barrenetxea 

3 años y medio de mentiras y por fin la sentencia del juicio por el 11M ha demostrado lo que muchos creíamos. Los únicos miserables estaban en la calle Génova, los verdaderos terroristas de la (des)información y manipulación.

No solo mintieron y manipularon para mantenerse en la Moncloa, eso para mi incluso puede llegar a ser lo de menos. Ahí lo verdaderamente grave fue su otra intención, la de provocar una confrontación entre la sociedad española y la sociedad vasca inculpando a ETA a cualquier precio, para que la sociedad española nos viera como culpables al resto de los vascos.

Ahora se arman de grandes dosis de hipocresía y viendo la cercanía de las elecciones generales niegan la mayor cuando hasta hace dos semanas todavía mantenían la teoría de la conspiración. Son unos miserables, de lo mas despreciable que hay en la política española a día de hoy.

Aparte de los autores materiales, intelectuales, y/o cooperadores que hubo en los atentados; estas aves carroñeras de la política también deberían de ser juzgadas. Primero por delito electoral, la utilización que hicieron de TVE supero ampliamente la manipulación con la que habían actuado hasta ahora (sentencia incluida contra Urdazi), todavía recuerdo como ya siendo la pista islamista la teoría principal se emitió el documental de Julio Medem, La Pelota Vasca (la piel contra la piedra). En segundo lugar, deberían de ser juzgados por Alta Traición, ellos que van de ser grandes españoles no dudaron ni un solo momento en explotar el sufrimiento ajeno para sacar réditos partidistas.

Evidentemente los miserables tienen cara, pero no han estado solos, han tenido aliados fieles como son; la radio de la Conferencia Episcopal (la COPE), el periódico El Mundo o Libertad Digital.

No soy partidario de la censura, pero cada uno debe de ser un poco mas responsable de sus actos, y todas las calumnias e injurias que han vertido estos medios no deberían de quedar impunes, mas aun cuando no se han molestado en rectificar ni lo mas mínimo. Como si las hemerotecas no existieran.

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